Aprendizajes de una mamá primeriza · Capítulo de Podcast · Reflexión

¿Cómo educo en autonomía y seguridad…(al próximo líder de la resistencia)?

Para este episodio tenía pensado, a través de una gran narrativa, poder compartirte algunos de los aprendizajes que he obtenido a la hora de educar a mi hijo (que ya casi cumple año y medio de vida), sin embargo, algo no dejaba de rondar mi mente mientras escribía cada una de las estrategias que encontrarás a continuación y es…el hecho de que en la ficción no he podido identificar tantas representaciones sobre educación familiar, enfocadas en generar autonomía y seguridad en los pequeños de la casa o en temas como la enseñanza para promover sus competencias de liderazgo, temas que deberían tener más visibilidad, pero muchas veces se quedan ocultos detrás de historias fantasiosas sobre familias perfectas y niños/as irreales.

Es por eso que hoy solo puedo resaltar al personaje de Sarah Connor en Terminator, ¿qué no la conoces de nombre? Bueno pues, te invito a buscarla de inmediato y a leer un poco de su historia…que es broma, que ya sabemos que estoy hablando de fantasía y que Terminator no es precisamente una película que trate contenido familiar, ni mucho menos enfoca su mensaje hacia la educación, no obstante, cuando pienso en ella siento la necesidad de señalar que es precisamente gracias a la educación que imparte a su hijo John que logra formar un líder íntegro en él, dispuesto a hacer frente a ese gran enemigo que amenaza a la humanidad.

Porque, es precisamente, la constante lucha de Sarah por evitar o retrasar lo que ella llama «el día del juicio», lo que la lleva a intentar transmitirle a su hijo el sentido de la gran responsabilidad que algún día asumirá y a encaminar su educación en permitirle conocer sobre su rol, tomando decisiones, mientras va ganando confianza y autonomía durante su desarrollo.

Poniendo de lado la fantasía de la ciencia ficción, hoy quiero dejarte estas cinco estrategias que yo igualmente he aplicado en la crianza de mi hijo para motivar en él esa autonomía y seguridad que algún día lo lleve a dirigir a un equipo, a generar influencia en otros y lograr aportar guia en momentos de oscuridad. Por supuesto, no espero que los sigas, simplemente quiero dejarlos por escrito para quien los considere apropiados y quiera ponerlos a prueba con sus propios hijos/as:

  • Establecerle una rutina diaria: Lo primero que aprendí a la hora de lidiar con el día a día de un nuevo bebé, es que necesitamos ponernos en sus pequeños zapatos de recién nacido para comprender que este mundo es atemorizante para ellos al inicio, cuando los han sacado de esa zona de confort oscura y cálida en la que nacieron, en donde no tenían prácticamente que moverse para obtener alimento y cuidado, a un mundo ruidoso, iluminado y lleno de estímulos que no logran distinguir, ni filtrar. Llegan a esta vida en medio de caos y temor, de modo que lo que podemos hacer para aportarles seguridad es permitirles predecir qué pasará durante el día a través de una rutina en la que vayamos poniéndolo desde el principio.
  • Atender su llanto y hablarle constantemente: No solo las rutinas van a permitirles ganar seguridad, pues recordemos que este mundo seguirá siendo un caos en el que muchas cosas suceden de repente y sin explicación aparente, en donde además han perdido la ventaja del vientre materno para ser atendidos sin tener apenas que solicitarlo, por lo que el llanto se convertirá en su principal forma de comunicación (no te preocupes, ya que después será reemplazado por los gritos y las temibles «pataletas» que aparecerán con su resistencia a mantenerse de pie y autolesiones. Ahora toma un respiro y no desesperes). La cuestión está en centrarnos en fortalecer nuestro vínculo, para que empiecen a confiar en nosotros como cuidadores y posteriormente, en el mundo para sentir esa seguridad que les permitirá empezar a ganar en autonomía.
  • Ponerme a su nivel y validar sus emociones: Los niños y las niñas no son adultos en miniatura pero tampoco son ciudadanos de segunda categoría, por tanto, debemos respetarlos como seres independientes a nosotros. Así que nos esperemos de ellos un perfecto autocontrol o instinto de autopreservación, pero tampoco los tratemos como si sus emociones no importarán. Aprendamos a ver la vida a través de sus ojos, para comprender por lo que están pasando y empezar a tratarlos con el respecto que se merecen por el simple hecho de ser seres humanos. Al castigarlos, consolarlos o querer expresarles algún tema de interés, es fundamental ponernos a su nivel, mirarlos a los ojos y aceptar todo lo que venga tras lo ocurrido. No enojarnos con ellos por estar enojados y no saber cómo redireccionar su enojo, sino ayudarlos a que lo pongan en palabras, que sean capaces de decir que se encuentran sintiendo esa intensa emoción con toda razón, pero que aprenderán a identificarla a tiempo para no «explotar» en frustración a futuro, por ejemplo.
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Hasta aquí, solo he hablado sobre el tema de la seguridad, así que tal vez te habrás preguntado si es que acaso me he olvidado de la segunda premisa sobre la grandiosa Autonomía que vamos a fomentar en nuestros pequeños. Pues bueno, a continuación, te mostraré dos estrategias que he generado para este fin:

  • Dejarlo explorar con libertad: Desde el primer momento en el que van a empezar a moverse un poco más, sosteniendo su cabeza y empezando a girar su cuerpo, caerse va a convertirse en parte de su realidad diaria, es por eso que como madre primeriza me he comprometido a controlar mis nervios y a fomentar que, al menos si va a caerse, mejor que lo haga bajo mi supervisión. Una vez que ocurre, lo aliento a levantarse, revisando que todo esté bien, que su pequeño cuerpo diseñado «a prueba de golpes» (como me dijo una vez un pediatra al que lo llevé angustiada la primera vez que tuve un incidente relativamente importante con él) haya amortiguado correctamente la caída, sin mayor incidencia. De modo que lo mejor es dejarlo ser, relajarse y repetirnos como un mantra que «se caerá, le dolerá y aprenderá». Te animo a probarlo, pero no te fuerzo a hacerlo si aún no te sientes tranquila/o siguiendo este consejo, al fin y al cabo, cada quien conoce cuáles son los límites de su tolerancia a ser espectador de las caídas de sus hijos/as, así que tampoco te fuerces a dejar de lado tus instintos, tienes el derecho a preocuparte, pero intenta que esta preocupación no afecte que a futuro él o ella se empoderen lo suficiente para enfrentar el mundo por su propia valía.
  • Permitirle hacer elecciones diarias: Desde elegir qué ropa usar, hasta qué alimentos comer y en qué proporción, el poder elegir les ayudará a empezar a conocerse poco a poco, lo que, a futuro, logrará que tomen decisiones basadas en su instinto de supervivencia y que su experiencia (junto a los valores que les inculquemos en casa) se convierta en amiga para tomar cada vez más elecciones acertadas. Si no sabemos cómo empezar, algo que podemos hacer es ofrecerles opciones como las que suceden con la práctica del BLW (Baby Lead Weaning), la cual permite a los niños y las niñas aprender sobre la alimentación siendo ellos quienes dirigen este momento mientras que sus padres están encargados únicamente de proporcionarles alimentos variados, que eviten un atragantamiento y vayan adaptándose a su maduración en el momento de la deglución.
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Finalmente, espero que puedas poner en práctica algunas de estas recomendaciones que te he compartido hoy para que puedas propiciar igualmente en tu/s hijo/s o hija/s estas competencias que los llevarán algún día a dirigir a la humanidad hacia su salvación.

Recuerda que puedes seguir este episodio a través de Spotify y de mi canal de Youtube.

y tu ¿qué otra estrategias consideras que existe para fomentar la autonomía y la seguridad en los más pequeños?

Te leo.

¡Hasta pronto Freelover!

2 respuestas a “¿Cómo educo en autonomía y seguridad…(al próximo líder de la resistencia)?

  1. Wow! La educación consciente se va extendiendo día a día. Una maravilla asistir a la crianza de la nueva generación de humanos. A ver si entre todos logramos cambiar el planeta.

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