
La teoría del apego formulada por el psiquiatra y psicoanalista infantil John Bowlby y ampliada por la psicoanalista estadounidense Mary Ainsworth, mediante la Técnica de la Situación Extraña promueve la idea de que son los primeros años de la vida de todo ser humano los que van a marcar y determinar el desarrollo de su interacción con el mundo, junto con su formación de vínculos afectivos familiares, sociales y de pareja.
En términos generales, el vínculo afectivo permite la supervivencia del ser humano al programar al bebé y su cuidador primario para unirse en un lazo inquebrantable que se afianza gracias al cuidado y la manera en la que el adulto reacciona (o no) a las necesidades manifestadas por el bebé, inicialmente a través del llanto. Estas necesidades básicas de comida, higiene y sueño, también incluyen la necesidad de sentirse seguros con el medio en el que han nacido, por lo que, serán los primeros años vida los que determinarán la manera en la que enfrentará el mundo posteriormente, ¿se sentirá lo suficientemente seguro de explorarlo?, ¿será capaz de sobrevivir lejos del amparo de sus cuidadores primarios? o tal vez ¿temerá a todo lo que sienta y rechazará el nuevo entorno?, ¿sentirá que no pertenece a este mundo?, ¿sabrá que es una persona digna de amar y ser amada? o ¿se afianzará en él una sensación de “vacío existencial”?
Son muchas las preguntas que se irán resolviendo conforme el niño, que alguna vez consideró a sus padres o cuidadores primarios todo su mundo, empiece a alejarse cada vez más de ellos para acercarse mucho más a sus pares hasta llegar a la adolescencia y volcar toda su atención en el descubrimiento de sí mismo y su papel en el mundo.

Vale la pena decir que el apego se establece gracias a la ayuda de dos sistemas, por una parte, el exploratorio que ayuda a que el bebé aprenda sobre el mundo interactuando con este mediante sus sentidos y por otra parte, el sistema afiliativo, que se promueve mediante el contacto con otras personas. Hasta la fecha, se han expuesto cuatro tipos de apego bastante marcados: el primero, que es el ideal a alcanzar, se llama apego seguro, también está el apego ansioso ambivalente, el apego evitativo y el último que se ha agregado, el apego desorganizado.
Para fines de la temática hoy solo hablaremos del apego evitativo y el apego ansioso-ambivalente, pero el motivo de tocar únicamente estos dos apegos es, sobre todo, poder ejemplificar claramente qué puede suceder cuando ambos se encuentran en una relación de pareja:
1- ¿De qué huye el Apego evitativo?:
Al Apego Evitativo en ocasiones se le suele confundir con el Narcisismo y no es para menos dado que las personas con Trastorno de la personalidad narcisista presentan este tipo de apego que resalta la herida que señalamos en el episodio sobre narcisismo.

En el apego evitativo se expone la incapacidad que el cuidador primario del bebé demostró en los primeros años de vida de este de poder proporcionarle un entorno seguro para crecer. Por una parte, pudo haber sido una persona bastante fría que solo se encargó de proporcionar atención a sus necesidades básicas, pero no en el tiempo y la forma adecuada, de modo que el niño aprendió que no podrían contar con su apoyo, empezando a demostrar autonomía desde muy corta edad, pero a la vez indiferencia a las expresiones de afecto (“si se enojan cuando lloro, es mejor no llorar”). Por otra parte, también pudo haber sido una persona sobreprotectora y controladora que le impidió expresar su independencia temprana, controlando en exceso el ambiente en el que se desenvolvía y dejándole una necesidad de liberarse, buscando su autonomía.
Contrario a lo que se piensa al ver su comportamiento autónomo, estos niños no han desarrollado seguridad ante el mundo, al contrario, para ellos el mundo es un lugar inseguro, en donde no se puede confiar en nadie más que en sí mismos y sus emociones son algo de lo que se deberían alejar, incluso deberían ser suprimidas, dejando todo en manos de su cerebro racional.
Es así como el niño con apego evitativo desarrolla una manera insegura de interpretar el mundo y tratará de tomar distancia emocional con sus cuidadores, para más adelante trasladar esa distancia al resto de sus relaciones afectivas, evitando en su edad adulta la intimidad con sus parejas románticas y hasta cierto punto, cualquier tipo de manifestación de afecto o cercanía emocional, por miedo al rechazo.

En términos generales, la diferencia que existe entre una persona con apego evitativo y una persona con Trastorno de la personalidad narcisista (además de la evidente que es que el apego evitativo no es un trastorno) es que el primero tenderá a huir de los conflictos y la cercanía emocional con sus parejas por temor a sus propias emociones, mientras que el segundo lo suele hacer como estrategia de manipulación o castigo hacia su pareja. Por no decir, que un adulto con apego evitativo puede llegar a reconocer que presenta un problema en sus relaciones y buscar ayuda para mejorarlas, de una manera mucho más sencilla que una persona con el Trastorno de la personalidad narcisista, ya que no tiene esta idea de “perfección” arraigada en su mente.
2- ¿A qué le teme el Apego Ansioso/Ambivalente?:
Por su parte, el Apego Ansioso/Ambivalente aparece en los bebés cuyos cuidadores primarios responden a sus necesidades de manera intermitente, en algunas ocasiones demostrándoles cariño y comprensión, en otras, siendo totalmente indiferentes a su llanto o mostrándose demasiado ansiosos e incluso violentos en su trato, igualmente, pudiendo atenderlo con prontitud en algunas ocasiones y en otras retrasando en exceso su atención hacia ellos o simplemente ignorándolos. Al ser impredecibles para el niño o niña, se convierten en fuente constante de inseguridad frente al mundo, llevándolos a evitar explorarlo, a sentir miedo y a no confiar ni en sus propias capacidades, de modo que su autonomía se ve mermada. Esto los llevará a demostrar preocupación constante, ansiedad por separación, inseguridad y demostraciones exageradas o desborde emocional como “llamado de atención” a sus cuidadores.
Al crecer trasladan estas inseguridades a sus relaciones, mostrándose hipervigilantes ante cualquier actitud de sus parejas que los lleven a sospechar de su afecto, necesitando constante cercanía e intimidad en sus relaciones, de modo que pueden volverse personas controladoras y dependientes, cayendo más fácilmente en relaciones dependientes, tóxicas y/o abusivas, así como demostrar comportamientos impulsivos y desmesurados antes situaciones comunes en las relaciones de pareja.

El Apego Ansioso/Ambivalente le teme al rechazo y a la soledad, ya que han aprendido a no confiar en sí mismas ni en los demás, es así como estarán en una constante búsqueda de aprobación y vinculación para sentirse “seguras”, aunque en la realidad su inseguridad las llevará a continuar en estado de alerta incluso en relaciones estables.
3- ¿Qué sucede cuando un apego evitativo se encuentra con un apego ansioso/ambivalente?
Existen un par de ejemplos que podemos encontrar sobre este tipo de relación en el cine: Por una parte, podríamos decir que Joel de la película que analizamos la semana pasada, “Eterno resplandor de una mente sin recuerdos”, además de ser un hombre tímido, introvertido y poco conversador, es alguien a quien le cuesta reconocer y expresar sus emociones, mientras que a su contraparte, Clementine, se le hace sencillo hacerlo pero además, requiere que su pareja lo exprese constantemente, de hecho, esto es un punto de ruptura para su relación, pues Clementine parece interpretar la resistencia de su pareja a hablar sobre sus emociones como una demostración de su verdadera falta de afecto hacia ella, de modo que opta por borrarlo de su mente en un acto de impulsividad.

Por su parte, Tom y Summer de “500 días con ella”, película estrenada en el 2009, también nos permite ejemplificar lo que sucede cuando un tipo de apego ansioso (Tom) conoce a un tipo de apego evitativo (Summer). Tom siendo un joven escritor de tarjetas de felicitación y un romántico desesperado que creció con la idea de que lo que veía en las películas románticas era el ideal a aspirar en su relaciones de pareja, mientras que Summer, una joven independiente y decidida, al crecer en un ambiente marcado por la separación de sus padres, aprendió a interpretar las relaciones afectivas como algo de lo que se debería huir.
Es así como, pese a que ambos comparten una relación durante un buen tiempo. Eventualmente terminan separándose y esto lleva a Tom a analizar todo aquello que pudo haber salido mal. Por una parte, era evidente que Summer no quería una relación formal de pareja, por lo que la cercanía de Tom e incluso su intensidad para que lo fueran hizo que quisiera huir de esta relación. Aunque, en el fondo, esta historia tiene mucho más que podemos analizar en una nueva entrega.
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¡Hasta pronto Freelover!
