¿Cómo encontrar sentido al sin sentido?

«El amor trasciende la persona física del ser amado y encuentra su significado más profundo en su propio espíritu, en su yo íntimo».

(Frankl, 1946)

En el libro “El hombre en busca de sentido”, Viktor Frankl, padre de la logoterapia, relata los aprendizajes adquiridos tras su paso por varios campos de concentración entre 1942 y 1945.

Hoy vamos a conocer algunos de los aprendizajes que lo llevaron a descubrir una manera eficaz de superar los acontecimientos transformadores, encontrando nuevamente el rumbo para superarlos desde una actitud más empoderada.

1. El amor es el fin último:

Tal y como lo hemos estado revisando en otras entregas, en esta ocasión es Viktor Frankl quien nos confirma, tras su paso por los campos de concentración y el poder reparador que tuvo visualizar a su esposa e imaginarse que entablaba diálogos con ella, lo preponderante que es el amor en el ser humano para no llegar a perder su humanidad.

El amor es un impulso que puede ayudarte a traer a flote tus competencias más adecuadas para la supervivencia y a conservar esos recuerdos de tu propio ser, a fin de que no desistas y que, al contrario, persistas hasta llegar a la orilla que te dará la salida para la situación dolorosa que estás viviendo.

Por eso se dice que el amor es lo último que se pierde, porque hasta no perderlo aún mantendrás en pie una luz que te guiará hasta el final, incluso en los peores tiempos.

2. El hombre siempre tendrá capacidad de elección:

Piensa en una situación en la cual te hayas sentido atrapado, como dice el dicho, «entre la espada y la pared», ¿la tienes? pues bien ¿qué pensarías si te dijera que incluso en una situación imposible como esa aun has logrado conservar tu poder de elección? Tal vez a la primera no me creerías, pero…trata de hacer el ejercicio de volver a ese lugar en tu mente y pregúntate ¿cuánto de lo que ocurría dependía de ti?, selecciona aquello que no dependía y sepáralo de aquello que sí, ¡ahí lo tienes!

Pues bien, en la vida pasaremos por momentos de zozobra, de miedo, de tristeza, de «falta de control» o solución de situaciones imposibles y, sin embargo, somos y siempre seremos libres de elegir cómo queremos sentirnos, cómo queremos actuar y qué actitud asumimos ante los obstáculos que se nos presenten.

El autor lo menciona cuando dice:

«Al hombre se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias, para decidir su propio camino».

(Frankl,1946)

3. Las situaciones difíciles te dan la oportunidad de crecer espiritualmente:

Puede ser que hasta este punto, puedas estarte preguntando: Bueno pero, ¿es necesario superar todos estos obstáculos?, ¿no sería mejor evitarlos por completo?, ¿acaso no somos libres para desviarnos de ese camino de sufrimiento?

Y mi respuesta para ti, en este punto sería que ciertamente podemos tomar la decisión de actuar y asumir situaciones adversas como queramos. Sin embargo, el ignorar la situación no es condición suficiente para poder evitarla.

Imagínate que estás en un país en guerra, pero esta se está librando lejos de tu entorno diario. Ha llegado a otras ciudades y hasta ahora no la has sentido de cerca. Cuando ves las noticias, no logras sentir completa empatía por quienes aparecen allí. No obstante, no estás totalmente exento de que algún día, en algún momento cercano pueda llegar a tocar a tu puerta y cuando lo haga, bien podrías intentar mirar a otro lado, pero llegará el día en que será inevitable enfrentarse a ella de cerca.

En algún punto de nuestra vida, podemos llegar a ser partícipes directa o indirectamente de un suceso potencialmente doloroso por el que antes no teníamos la menor cercanía con quienes lo habían atravesado. Una vez nos enfrentemos con este suceso, abrazaremos el peligro, el miedo, la tristeza, el arrepentimiento, el dolor y habremos descubierto nuestras capacidades en momentos de dificultad, identificando aquellas que nos pueden ayudar a sobrevivir y mejorando o dejando aquellas que no, además, también nos habremos conectado con ese prójimo al que en algún momento pudimos haber ignorado por completo y nos sentiremos más cerca de él, más dados a brindarle un apoyo y una vista a su dolor.

De alguna manera u otra habremos crecido, se nos habrá abierto la opción de sentir verdadero agradecimiento por nuestra vida antes, durante y después del suceso, para finalmente, llenarnos de valor y encontrar ese camino que veíamos completamente perdido, de la mano de nuestro ser espiritual y de esa fé que en el fondo siempre estuvo allí junto a nosotros.

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¡Hasta pronto Freelover!